Una de las primeras cosas en las que tienes que fijarte es que los textos estén bien escritos y sean fáciles de entender. Siempre es mejor que las frases sean cortas. Analiza que la página web contenga un lenguaje claro y conciso. Normalmente a la gente le suele gustar más cuando se trata de un lenguaje familiar, amigable, cercano.