Breve historia del cómic

Se considera que Estados Unidos es la cuna del cómic, ya que ahí comenzó su publicación en los periódicos. La causa principal fue la puja por la conquista de nuevos lectores para los diarios de prensa. Se ha querido asociar el origen del cómic contemporáneo con la aparición del “Yellow Kid” de Richard Fenton Outcault (1863 – 1928) para el diario “World” de Nueva York, siendo “Yellow Kid” el primer personaje con el que se crean historietas continuadas.

En la década de 1930 apareció el “cómic – book”, como una publicación periódica de pequeño formato con historietas protagonizadas por personajes fijos y que evoluciona hacia temas sociales, dando veracidad a la historia. 

Aparecen los detectives y agentes secretos (periodo entre guerras), y nace Dick Tracy, manteniendo un estilismo en su dibujo que lo ha salvado de lo pasajero de ciertas “modas”. Aparece también Superman, iniciando lo que será un género en sí mimo, el de los superhéroes como  Capitán América, Batman, Acuaman, Los Cuatro Fantásticos, El Hombre Araña, tema de editoriales especializadas en el mundo del cómic, como Marvel y DC. 

Aunque en los primeros años del siglo XX estuviese Estados Unidos a la cabeza en producción en cómics, también se produjeron obras valiosas en algunos países europeos como Inglaterra, Francia e Italia. 

En Europa, “La Bande Descinne” es el nombre que se le daba a la historieta franco – belga, y actualmente se aplica al cómic producido en Europa. 

A mediados de los años treinta se consolida el mercado del cómic europeo. Los primeros países fueron Bélgica y Francia. En 1929 comenzó a publicarse Tintín, el personaje de Hergé, que identifica la escuela franco – belga, el principal motor del cómic europeo. Posteriormente se publica la revista Spirou y el francés Asterix. En Italia cobra fuerza un cómic de aventuras más “adulto” a cuyo frente están autores como Hugo Pratt, creador de Corto Maltés. 

Editoriales especializadas en cómic han sido frecuentes en casi toda Sudamérica, Europa, Estados Unidos, India y Japón. Estas han comprado los derechos de reproducción del material de los editores norteamericanos popularizando entre todos los jóvenes, las sagas de “Tarzán”, y de “El Príncipe Valiente”, ambos dibujados por Harold Foster. 

En los 60 como reacción al gran fenómeno editorial, algunos autores comienzan a luchar por los derechos de autor. Las grandes editoriales como DC Comics y Marvel en Estados Unidos, Bruguera en España y Thomson en Escocia, imponen su ley. Son pocos los dibujantes que sobreviven fuera de la sombra de las grandes corporaciones, viéndose obligados a publicar sin derecho a firmar sus trabajos en la mayoría de los casos.

Probablemente el boom del cómic  le debe mucho a Disney, y a su visión al relacionar cine y dibujo, impulsando sus proyectos a través de arriesgadas producciones cinematográficas y editoriales de gran éxito comercial. 

La vinculación con el cine siempre ha sido estrecha. Batman, Superman y otros héroes y villanos han sido interpretados en la gran pantalla, en superproducciones exhibidas mundialmente. El cómic ha generado numerosas series de televisión (Hanna Barbera, Warner Bros), e incluso la aparición de canales de TV vía satélite y cable (Cartoon Network, Disney Channel) especializados en su difusión permanente. 

El cómic es un fenómeno de ámbito mundial. A pesar de que históricamente alcanza su máxima expresión en Estados Unidos y Europa, sin duda en la actualidad la gran explosión en este aspecto viene de la mano del cómic japonés, comúnmente llamado manga. Este tipo de cómic está ganando lectores día a día, y su presentación audiovisual en largometrajes o series animadas está creciendo gracias a las nuevas tecnologías y a Internet. 

La empresa del cómic oriental tiene la particularidad de estar orientada a un público normalmente adulto o adolescente, y dentro de ellos existen varios tipos como Shojo manga (dirigido a niñas adolescentes), Shonen manga (dirigido a niños adolescentes), Josen manga (para mujeres jóvenes y adultas), Mecha (sobre robots), Mho shojo (sobre chicas que adquieren poderes mágicos). 

El manga tiene un estilo muy distintivo. Los rasgos más característicos se basan en el modo de contar la historia y la manera de colocar los paneles y las páginas, que son leídas de derecha a izquierda al igual que la escritura tradicional japonesa, así como los ojos grandes de los personajes, que se han convertido en una característica recurrente del cómic manga. 

Ozamu Tezuka será el responsable de toda la estética, la narrativa y la puesta en página del actual manga. En 1988, debido al éxito de la versión cinematográfica de Akira, basada en el manga del dibujante Katsuhiro Otomo, el manga comenzó a difundirse internacionalmente. 



Fuente:
Biblioteca Pública de Cuenca, Comiqueando, p. 3 – 5.

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