Bonelli: El rey del funetti italiano

Uno de los países donde antes y mejor caló el tebeo fue Italia, donde lo denominaron fumetti, en alusión a los globos de texto. Durante los años treinta empezaron a aparecer decenas de cómics, en muchos casos en un formato de cuadernillo apaisado, que ofrecían historias dibujadas a imitación de las estadounidenses de aventuras, hombres selváticos o policías. Pero sobre todo se vendían traducciones de comic-books y tiras de prensa estadounidenses. Cuando en 1938, en pleno régimen fascista, se prohíbe la importación de estos productos, las editoriales tienen que afinar mucho para no hundirse tras este duro golpe a sus intereses comerciales. Es el momento de máxima popularidad de Dick Fulmine, una serie creada por Vincenzo Baggioli y Carlos Cossio, protagonizada por un policía que actuaba al margen de la ley. La medida del éxito del personaje nos la da el hecho de que el Ministerio de Cultura Popular del régimen ordenara modificar las características físicas del héroe, que debía ajustarse al ideal fascista.

Pero sin duda alguna los cómics más importantes son los de la editorial Bonelli. Fundada en 1941 por Gian Luigi Bonelli con el nombre de Edizioni Audace, tuvo su primer gran éxito en 1948: Collana del Tex. Tex es un western inspirado en las películas estadounidenses de la época, y creado por el propio Bonelli y el ilustrador Aurelio Galleppini. No fue un éxito inmediato, pero sí creciente, hasta el punto de convertirse en una institución en Italia objeto de exposiciones, estudios y celebraciones de aniversario. De Tex existen álbumes de cromos, muñecos, una línea de ropa, una película de acción real estrenada en 1985, y constantes reediciones en formato de lujo de sus aventuras. La serie original sigue publicándose en la actualidad. Las andanzas del pistolero de camisa amarilla han sido escritas y dibujadas por innumerables autores, incluidos varios españoles, como José Ortiz, Antonio Segura o Alfonso Font, y deben su éxito a la trágica historia de su vida y la acertada mezcla de acontecimientos y personajes históricos con otros ficticios, incluyendo elementos sobrenaturales. 

En los años siguientes, la editorial se expande con otros tebeos del oeste o de aventuras, y se va diversificando en otras líneas editoriales. Ya en los ochenta acabarán surgiendo series de géneros diferentes, sobre todo la ciencia ficción y el terror, que cosechan gran éxito y siguen publicándose hoy en día. Tal es el caso de Martin Mystère, creada en 1982 por el guionista Alfredo Castello y el dibujante Giancarlo Alessandrini, o Dylan Dog, la serie imaginada por el guionista Tiziano Sclavi. 

El modelo editorial de Bonelli ha sobrevivido a la muerte de su fundador –en 2001– y de su hijo Sergio –en 2011–, y se ha consolidado como el dominador del cómic italiano, que apuesta por un tebeo popular, barato y de grandes tiradas, basado en personajes carismáticos insertos en géneros clásicos.



Fuente:
Gerardo Vilches, “Breve historia del cómic”, Ed. Nowtilus Saber, p. 82 – 85.

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