Dado que el usuario necesita aprender a jugar a nuestro videojuego, tenemos que proporcionarle un espacio donde se familiarice con las reglas y ofrecerle un nivel de juego que le permita disfrutarlo. A medida que vaya avanzando y adquiriendo habilidad, tendremos que añadirle más complejidad.
Es necesario ir equilibrando todos los elementos conforme se van introduciendo en el videojuego, aunque de una manera bastante ligera. Una vez ya no se introducen más elementos en el juego, es cuando empieza la fase más importante del equilibrado, en la que se repasan todos los elementos y se les asigna el comportamiento final.
Por
ejemplo, en un juego de lucha no queremos que un tipo de ataque gane siempre al
contrario, pues si ocurriese, todos los jugadores intentarían hacer ese ataque
y el juego carecería de ritmo y emoción.
Jordi Duch Gavaldá & Heliodoro Tejedor Navarro, “Introducción a los videojuegos”, Ed. Universitat Oberta de Catalunya, p. 51.
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