En cuanto al mercado, junto a la pervivencia de la mayoría de las editoriales clásicas de cómics se han dado dos fenómenos que marcan en buena medida el ritmo del cómic de autor contemporáneo.
El primero es la definitiva entrada de editoriales literarias en el negocio de la novela gráfica, y será en el nuevo siglo cuando se consolide su apuesta por el cómic. Es el caso de Pantheon Books en Estados Unidos, Random House/Mondadori en varios países donde está presente, Devir en Brasil, y Alfaguara o Salamandra en España.
El segundo es el resurgir del espíritu underground adaptado a nuestros tiempos: la autoedición como forma de subsistencia en aquellos países donde el entramado comercial ha desaparecido o es hermético a nuevas propuestas experimentales. Colectivos de todo el mundo, incluso de países sin excesiva tradición previa de historieta, editan fanzines que gracias a internet pueden vender más allá de sus fronteras. El asociacionismo, los eventos alternativos y la colaboración constante entre diferentes grupos que suman fuerzas se han convertido en las señas de identidad de un movimiento heterogéneo e ilusionante, que tiene quizás su máximo exponente en la small press estadounidense, término que engloba a todos los pequeños autoeditores que sacan adelante sus proyectos siguiendo la máxima del do it yourself.
Fuente:Gerardo Vilches, “Breve historia del cómic”, Ed. Nowtilus Saber, p. 317 – 318.
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