Urasawa sigue siendo un autor de culto dentro del manga adulto, y lo mismo puede decirse de Maruo, convertido además en una estrella internacional publicando en muchos países. El inmortal Shigeru Mizuki se ha embarcado, pasados los ochenta años, en una apasionante historia autobiográfica, Kanzenban manga Mizuki Shigeru-den (Shigeru Mizuki: Autobiografía), que se ha convertido en la mejor crónica del siglo XX japonés y en la obra maestra de Mizuki.
Yuichi Yokoyama es un autor totalmente vanguardista, con un estilo muy sintético, de formas geométricas. Sus obras recrean mundos que aunque sean el nuestro parecen alienígenas, precisamente por su mirada y por su manera de descomponer la realidad. Sus historias, protagonizadas siempre por personajes anónimos y extraños, nos hablan sobre todo de la alienación y, más que valer por lo que narran, llegan al lector a través de sensaciones y emociones. Viaje es el único manga de Yokoyama publicado en España, pero posiblemente su mejor obra sea la alucinante Garden, donde todos sus motivos recurrentes parecen elevados a la enésima potencia.
Pero si
de manga adulto hablamos, es obligado citar a uno de sus autores más extraños y
talentosos: Shintaro Kago. El caso de Kago es curioso porque, en realidad,
lleva publicando desde finales de los ochenta, pero ha sido desde el inicio del
Nuevo Milenio cuando ha alcanzado notoriedad y se ha destapado como el genio
que es. Kago se ha especializado en el ero guro, un género muy concreto, del
que también participa Maruo, que mezcla imágenes pornográficas con escatología
y gore, en un cóctel no apto para todos los paladares. Pero el gusto por lo
sórdido y lo grotesco va acompañado de una obsesión por los experimentos
formales insaciable, que lleva a Kago a manipular todos los elementos de la
narración y el lenguaje del cómic para hallar nuevas aplicaciones y caminos por
los que avanzar, lo que convierte muchas de sus historias cortas en un reto
para el lector, más allá del contenido sórdido. Por ejemplo, propone en una
historia que la plantilla de viñetas sea un espacio físico y tridimensional
donde viven sus personajes, o en otra imagina que los bocadillos tienen
existencia física dentro del cómic, y todos los personajes pueden leerlos. Esa experimentación
extrema lo ha convertido en uno de los mangakas más admirados y seguidos fuera
de sus fronteras, y hay quien lo ha comparado con el estadounidense Chris Ware.
Las obras de Kago han empezado muy recientemente a llegar a Occidente, y a
España en concreto, pero ha sido uno de los descubrimientos más importantes de
este mercado en los últimos años.
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